sábado, 10 de septiembre de 2022

SANIDAD PUBLICA EN ANDALUCIA: ENTRE “RUGE LA MARABUNTA” Y ”LO QUE EL VIENTO SE LLEVO”

 

 

            

 

No quiero ser catastrofista pero si llamar la atención a la ciudadanía en general y a las fuerzas políticas progresistas en particular sobre la gravedad de la situación del  Servicio Andaluz de Salud (SAS), al final será un cambio radical de modelo que implantaran en el resto del Estado si consiguen ganar las elecciones.

 

            Estamos viendo como a marchas forzadas están dejando deteriorarse progresivamente los servicios públicos y en vez de renovarlos contratan los servicios de entidades privadas (hay numerosos ejemplos). En el fondo lo que hacen es externalizar los servicios con lo cual se ahorran todos los problemas de gestión y de personal. La Junta pondrá los pliegos de condiciones de todo tipo y el sector privado cumpliéndolos prestará el servicio; la Junta se dotará de una inspección médica muy potente y controlada políticamente que garantizará el cumplimento de los contratos.

 

            Dicho así hasta puede parecer atractivo sino fuera porque el totum revolutum público/privado traerá determinadas variaciones en distintos planos. En el económico las fuertes inversiones realizadas por los fondos de inversión tienen que tener sus beneficios a costa del dinero público, la misma inversión pública seria  mas económica o mas extensa. Sin embargo terminará siendo mas cara que el SAS y desarrollada con criterios economicistas y no de salud, perdiendo la accesibilidad.

 

            En el plano social la llamada “colaboración pública /privada” está generando profundas diferencias sociales que traerán a corto plazo la perdida de la igualdad de derechos consagrada en la Constitución. Cuando el sector privado coordine todo el sistema tratará a los pacientes  priorizando a aquellos que tengan con ellos otros servicios contratados sanitarios. En estos días he tenido el reventón de una rueda en mi coche y lógicamente llamé a mi compañía de seguros por primera vez y curiosamente la voz mecánica me identificó por el número de teléfono y me dijo: “usted es un cliente PREMIUM, será atendido preferentemente respecto al resto”, y yo me pregunto: nos atenderán así en el sistema sanitario del PP?, sabrán nuestra edad nuestro color de piel etc etc; habrá seguro ciudadanos de primera y de segunda, en función de las pólizas algunas ya existentes que contraten los ciudadanos, calidad y confort en los centros etc., hay múltiples factores que favorecerán la diferencia asistencial, y no quiero pensar si se entra en las listas de espera para intervenciones. Desgraciadamente si se implanta el modelo del PP como pretende Moreno Bonilla se producirá una brecha social inmensa que una vez establecida será muy difícil de superar.

 

            En el plano profesional/laboral el modelo del PP de colaboración Pública/Privada es una trampa saducea para el personal sanitario, profesionales, que hay que decirlo, han perdido la confianza en las fuerzas de izquierda por múltiples  razones; por un lado hay aspectos inherentes a la propia profesión, el médico siempre fue un profesional liberal que en la antigüedad se cubría suficientemente con la relación médico/paciente, la confianza era fundamental, la compensación factible, y así el médico era un profesional liberal e independiente. El desarrollo industrial de los siglos XIX y XX ha traído un incremento de la complejidad asistencial de manera que o es el Estado el que la asume para todos, o siempre habrá un volumen muy importante de ciudadanos que no podrán acceder a todos los servicios sanitarios, este hecho incontrovertible ha hecho que el médico pierda su estatus de liberal y pase a ser profesional contratado por terceros, el Estado o las compañías de seguros, y pierda en cierta medida algunos de los atributos que la sociedad antigua le reconocían; muchos compañeros míos siguen manteniendo la consulta privada incluso jubilados, los admiro pero no lo comparto, lo siento y no lo digo como critica sino mas bien como autolimitación, si estoy jubilado como trabajador, he de dejar sitio para que otros profesionales más jóvenes me sustituyan en el trabajo.

 

            Estos aspectos laboralistas junto a la carestía de la vida y las dificultades para mantener un estatus social han llevado al médico a desarrollar un grado de pluriempleo público/privado importante que ha terminado por influir negativamente en las relaciones contractuales y la calidad de la prestación sanitaria con afortunadamente poca trascendencia social, aunque el problema está ahí.

 

            Llegado este punto y viendo las fechas en las que estamos hay que reconocerle a los profesionales sanitarios el comportamiento intachable durante la pandemia, todos lo han entregado todo defendiendo la salud de todos. Debería verse compensado ese comportamiento en las retribuciones de las instituciones públicas y ahí nos encontramos con las dificultades y rigideces del sistema público. Todo ello hace que el profesional sanitario vea con buenos ojos la posibilidad de compatibilizar su actividad pública con la privada aunque sea excediendo el número de horas dedicadas diariamente a la actividad asistencial; aunque pueda llegar a interferir en la calidad y seguridad asistenciales, y mucho me temo que será uno de los aspectos mas delicados y difíciles que nos llevaría a aplicar una ley de incompatibilidades no querida por nadie.

 

            Cuando en el 83 se realizaron las transferencias sanitarias recibimos un conjunto de instituciones servicios y recursos sanitarios que junto con los que ya tenían los ayuntamientos y diputaciones formaban la respuesta pública a la salud de los andaluces,  con total descoordinación duplicidades y grandes carencias, por eso el primer objetivo fue unificar todos esos recursos bajo una sola institución que garantizara la cobertura a todos los andaluces por encima de cualquier otra condición, así se creó el SERVICIO ANDALUZ DE SALUD (SAS) que a lo largo de estos 37 años ha alcanzado un altísimo reconocimiento por todos los andaluces y fuera de nuestra Comunidad, incluso a nivel internacional; con un coste asumible y una calidad asistencial e investigadora de primer nivel

 

            Pues bien el deterioro de estos últimos 3 años de forma soterrada pero imparable, como la marabunta o las termitas, terminará provocando una metamorfosis del sistema donde se habrán perdido los principios básicos de un servicio público de salud; los compromisos económicos que la Junta de Andalucía contraiga con el sector privado harán inviable una vuelta atrás. 

 

O las fuerzas progresistas de Andalucía nos armamos de fuertes argumentos que fuercen un pacto por la salud apoyados por y para los andaluces o el SAS terminará siendo lo que el viento se llevó, un recuerdo de otros tiempos mejores que no volverán.

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